Uno de los ámbitos básicos que nos interesan a los profesionales para desarrollar nuestro negocio es la captación de clientes, y en este ámbito, basta con hacer un acercamiento al marketing para darse cuenta la importancia que tienen los contactos. Estos contactos, también conocidos como leads, son potenciales clientes a los que podemos mandar información sobre nuestro negocio a través de diferentes técnicas, con el objetivo de acabar logrando una conversión. Evidentemente, cuantos más contactos tengamos, más conversiones en clientes vamos a lograr. Sin embargo, conseguir los datos de potenciales clientes no es tarea sencilla, especialmente desde la vigencia del Reglamento de protección de datos que ha fijado límites a las comunicaciones comerciales sin el consentimiento de los interesados.
En este escenario, es donde entran en juego los data brokers, las empresas que recopilan datos personales de internet para vendérselos a empresas con fines lucrativos.
¿Qué son los data brokers?
Los data brokers son empresas, aún desconocidas para la mayoría, que se dedican a cultivar bases de datos con información sobre los usuarios. Básicamente, estas empresas cuentan con numerosos contactos que después venden a otras empresas.
Pero los data brokers son mucho más que simples vendedores de datos. Estas empresas también ofrecen servicios de análisis a medida, pues disponer de una cantidad ingente de datos les permite obtener información muy relevante sobre el mercado. Por ejemplo, si una empresa está interesada en abrir un nuevo negocio en la ciudad, recurrir a los data brokers es una forma de saber en qué zona de la ciudad sería más rentable.
¿Cómo trabajan los data brokers?
Cuando pensamos en los datos de los usuarios, uno de los aspectos clave que nos viene a la mente es nuestra dirección de correo o el número de teléfono móvil, que prácticamente entregamos en cada formulario. Estos datos son fundamentales para poder contactar con los usuarios y, a partir de aquí, tratar de establecer una relación comercial.
Sin embargo, en el caso de los data brokers la información de la que disponen va mucho más allá y los perfiles que manejan son de lo más exhaustivos, contando con información sobre los gustos, aficiones, lugares de compra, y muchos más aspectos de la vida privada. Pero ¿cómo los recopilan? Pues… simple. Como usuario ¿navegas en Internet? ¿te conectas a wifis de negocios? ¿interactúas en redes sociales? ¿usas servicios de Google o Meta? Entonces, al menos a dichas empresas tus datos personales ya se los has aportado.
Por su parte, los data brokers recurren a una gran cantidad de fórmulas de rastreo de la huella digital, como analizar las redes sociales en busca de información, acceder a partes del historial de navegación online de un usuario o revisar censos demográficos y registros sanitarios.
Cuando recopilan todos estos datos, los data brokers los combinan mediante técnicas ETL, de extracción de información, para crear una base de datos con los parámetros que anteriormente hemos mencionado y proceder a su venta a terceras empresas. Como es lógico, cuanto más personales y sensibles sean los datos obtenidos por los data brokers, más interés tendrá para quienes quieran adquirirlos.
¿Es legal el papel de los data brokers?
El problema que puede plantear la labor de los data brokers gira en torno a la forma en la que pueden conseguir los datos, por la posible falta de transparencia en la práctica de la recopilación. Así, mientras que en algunos casos estos rastrean sitios web en las que los usuarios se han registrado y aceptado las cookies, otras veces algunas organizaciones trascienden notoriamente la legalidad efectuando robos de datos.
Dejando al margen aquí el uso de prácticas notoriamente ilegales, en aquellos casos en los que los data brokers trabajan recopilando información para la que el usuario ha dado su consentimiento a los fines comerciales, la actuación será conforme al Reglamento de protección de datos. A pesar de que a priori pueda parecer una práctica moralmente cuestionable, realmente no sería ilegal. Y a nivel empresarial, tiene varias finalidades útiles. Por ejemplo, en el campo del marketing, el uso de estos datos puede servir para buscar potenciales clientes y para mejorar la publicidad de las empresas o enriquecer los estudios de mercado.
Conclusión
En conclusión, la captación de clientes se ha convertido en un desafío estratégico para los profesionales en un contexto donde la protección de datos limita las prácticas tradicionales de marketing. En este panorama, los data brokers emergen como actores clave al ofrecer una solución para obtener información vital sobre leads sin violar las normativas de privacidad. Aunque esta práctica plantea algunos interrogantes éticos, su papel en la adquisición de contactos se vuelve fundamental.
En última instancia, la eficacia en la gestión de datos y la adaptabilidad a las regulaciones en evolución serán cruciales para el éxito de las empresas en la era de la captación de clientes.
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