En la última semana hemos presenciado dos noticias que evidencian un posicionamiento que los inversores consideran cada vez más hostil hacia los activos digitales y los tokens.
Los medios noruegos han publicado un artículo sobre la riqueza y los ingresos de las personas que poseen bitcoins y/o criptomonedas, incluyendo listas con nombres completos, año de nacimiento, etc. Y el Senado francés ha dado un paso decisivo que obviamente no alegrado a los inversores de criptos, al aprobar una serie de enmiendas al proyecto de ley de finanzas de 2025, que incluyen impuestos a las ganancias no realizadas de bitcoin (BTC) y otras criptomonedas. Estas modificaciones buscan ampliar la base imponible del impuesto a la riqueza inmobiliaria (IFI) para transformarlo en un impuesto a la “riqueza improductiva”. En Italia, se discutió la posibilidad de establecer un impuesto sobre las operaciones con bitcoin.
Por otro lado, el caso del Banco Sabadell en España ilustra cómo las instituciones financieras también están tomando medidas drásticas contra las empresas de criptomonedas. La entidad canceló la cuenta de una empresa dedicada a la compraventa de criptoactivos, justificándose en que la actividad de la firma de monedas virtuales no era tal en un principio, sino que cambió en marzo de 2022.
La tendencia es evidente: los estados europeos están cada vez más interesados en regular y gravar las criptomonedas, lo que plantea serias preguntas sobre la libertad financiera de los ciudadanos.
¿Qué buscan los inversores que invierten en criptos?
La descentralización ofrece a los usuarios realizar transacciones de manera anónima y segura y permite a las personas tener el control total sobre sus activos, sin la intervención de intermediarios que puedan restringir su acceso o imponer cargas fiscales desproporcionadas.
Además de que la descentralización de las inversiones que ofrecen las criptomonedas se presenta como una de las innovaciones más significativas de los últimos tiempos. La descentralización no se trata de resistencia al control estatal; sino que es un motor de innovación y oportunidades económicas. Las criptomonedas y la tecnología blockchain han abierto nuevas vías para la creación de negocios, la inversión y el comercio. Al eliminar intermediarios, se reducen costos y se aumenta la eficiencia, lo que beneficia a los consumidores.
¿Qué buscan los Estados?
Sin embargo, los gobiernos y las instituciones financieras buscan controlar la financiación de los ciudadanos, adoptando medidas que restringen cada vez más la libertad, la privacidad y la equidad y, dicho sea, en algunas ocasiones de una manera legalmente, vamos a decir, dudosa.
Las medidas regulatorias que se están adoptando en Europa buscan obviamente también busca desincentivar la inversión en criptomonedas. Por un lado, medidas como la de Francia, básicamente, buscan ampliar la base imponible del impuesto a la riqueza, reflejan un interés excesivo de los estados en controlar la riqueza de los ciudadanos. Al gravar activos que no se consideran "productivos", los gobiernos están tratando de limitar la capacidad de los individuos para gestionar su propio patrimonio y tomar decisiones financieras independientes Además, la situación en Noruega añade otra capa de preocupación. En este país, las declaraciones de impuestos son públicas, lo que ha llevado a la publicación de información sobre la riqueza y los ingresos de las personas que poseen bitcoin y otras criptomonedas. Esta falta de privacidad pone un blanco en la espalda de los inversionistas, lo que podría tener consecuencias negativas para su seguridad personal y financiera.
¿Sin embargo, que ha pasado con el asunto del banco Sabadell?
La justicia ha determinado que Banco Sabadell incurrió en competencia desleal al cerrar la cuenta de la empresa de criptoactivos. La decisión del banco de cancelar la cuenta no estaba respaldada por un riesgo específico, por lo que fue considerado un acto de obstaculización que afectó negativamente la posición competitiva de las demandantes e interfirió en el desarrollo normal de su actividad en el mercado.
¿Esta sentencia nos brinda alguna línea positiva para los inversores sobre el tema?
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